Salud en los pueblos originarios
La salud es un estado de bienestar o de equilibrio
que puede ser visto a nivel subjetivo (un ser humano asume como aceptable el
estado general en el que se encuentra) o a nivel objetivo (se constata la
ausencia de enfermedades o de factores dañinos en el sujeto en cuestión).
La herbolaria se basa en una filosofía distinta a la medicina moderna. En la medicina moderna, la salud y enfermedad se analizan bajo la idea de que el cuerpo es la suma de sus órganos, y, por lo tanto, los tratamientos procuran enfocarse a un problema o mal funcionamiento aislado. En la Herbolaria, la salud y enfermedad se entienden como un desequilibrio tanto físico como espiritual o energético, y, por lo tanto, la curación involucra un tratamiento comprensivo para reestablecer el equilibrio.
Los pueblos originarios procedían a plantas medicinales en tiempos pasados, a continuación, algunas de ellas y el remedio que ofrecen
El huazontle: significa “cabello de bledo” y es una planta
en forma de un pequeño arbolito alargado, con tallo y ramas gruesas, flor en
forma de bolita, además tiene un alto valor nutricional, ya que contiene
vitaminas A, B, B1, B2, B3, C, E; así como minerales, hierro, fósforo y calcio,
incluso en cantidades similares a la leche, dicen que cada vez se consume
menos. Seguramente ya lo has probado y cuando se seca, se consigue el amaranto
y cuando se le agrega miel, se convierte en la famosa “alegría”.
El epazote: su nombre significa zorrillo, sudor u olor. Se
usa en muchos platillos, como en los frijoles, esquites y caldos; en ciertas
quesadillas, bebidas, infusiones y tamales, y también se emplea en algunas
sopas de mariscos. Es rico en vitaminas A, B6, C; y algunos minerales como
calcio, potasio, zinc y fósforo. Como puedes apreciar es una hoja larga con
pequeños picos y un olor muy penetrante.
Las hojas de aguacate: se consideran hierba medicinal y la
utilizan como antiinflamatorio, antiséptico, antidiarreico y astringente. Como
puedes apreciar es una hoja semiredonda y hay que tener mucho cuidado para
seleccionarla porque es parecida a las hojas del árbol común.
Los quelites: son hierbas comestibles y su nombre deriva
del término náhuatl quilitl, que significa hierba. Los quelites eran consumidos
por todas las culturas mesoamericanas y hoy tienen un rol importante en la vida
cotidiana de los mexicanos igual que el maíz, los frijoles y las calabazas. Su
contenido nutrimental varía de acuerdo con la especie y la tierra donde se
cultive. Los quelites son buena fuente de fibra; de vitaminas A y C; minerales,
como el hierro y el calcio; así como ácidos grasos Omega 3 y Omega 6. Como
puedes ver tienen diferentes tamaños y formas y los deben conseguir en el
mercado.
La flor de Cempaxúchitl: Cempoalxochitl es una palabra
náhuatl que significa Veinte Flores. Como puedes ver es naranja y tiene muchos
pétalos, usualmente se usa para la ofrenda de Día de Muertos, por lo mismo
también es conocida como flor de muertos.
La prodigiosa o fresnillo, tiene forma de corazón y
diferentes puntas onduladas alrededor de la hoja.
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La clasificación de las plantas conforme a su utilidad se ordenaban por grupos, como; Plantas comestibles (toda aquella que el hombre cultiva y explota para su nutrición), Plantas medicinales (aquellas cuya parte o extractos son empleados como drogas o remedios en el tratamiento a curación de alguna afección), Plantas ornamentales (aquellas que se cultivan y comercializan con fin de mostrar su belleza como; árboles, arbustos, palmeras, etc.), Plantas industriales (aquellas que proporcionan materia prima). Hoy en día, antes que nada, se clasifican por su género y especie.
Para los pueblos originarios ancestrales las "enferme- dades de la civilización", las enfermedades introducidas, como la tuberculosis, sarampión, etc. no tuvieron cura. Ante estas enfermedades los pueblos aborígenes no tuvieron defensa, hecho que se convirtió en una de las causas del etnocidio de las etnias australes.
Entonces, los antiguos pueblos originarios lidiaban con
enfermedades en aquel tiempo por las cuales tenían gran variedad de plantas
medicinales, las enfermedades eran tales
como; la epilepsia, la sífilis, neumonía, catarro; anginas, alopecia; asma,
bocio, escalofríos, cáncer, cataratas, caspa de cabello, congestión alcohólica,
ceguera, cólicos, convulsiones, contusiones, desmayos, dolores de hueso, flujos
de vientre, delirio, demencia, difteria, debilidad, disentería, escoriación,
escaldadura, tos, erisipela, espasmo, escorbuto, fiebres, forúnculos, flujos
vaginales, fracturas de huesos, gonorrea, hidropesía, herpes, ictericia,
infarto ganglionar, lumbago, laringitis, lepra, locura, náuseas, orzuelos,
oftalmía, pus, abscesos, parálisis, heridas purulentas, resfríos, retorcijones,
reumatismo, ronquera, ronchas, raquitismo, sarpullidos, sordera, sarna o
caracha, tartamudez, afasia completa, idiotismo, uta, verruga, tiña, tisis,
tumores, acidez estomacal, soroche o mal de altura, mal de pinto, pian.
Los tratamientos médicos siempre estuvieron enfocados en
tratar de manera integral las causas y los síntomas de las enfermedades, de manera
que no se le puede concebir sin que se busque neutralizar la acción punitiva de
los dioses, las acciones de los seres malignos y de hechiceros, y corregir los
desequilibrios que estos provocan. Por ejemplo, para eliminar una epidemia se
tenían que pronunciar las oraciones dirigidas a Tezcatlipoca en actos públicos
y con todas las características de un ritual que mostrara a la vez la gran
humildad que se tenía ante el dios y el poder y riqueza del pueblo que rogaba.
Otras veces se tenía que representar un mito para lograr la efectividad del
tratamiento. Solamente después de identificar al ser que causaba la enfermedad
y a la pronunciación de oraciones y conjuros cuando el caso lo ameritara, venía
la administración de los medicamentos.
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