Trascendencia
del uso de la lengua de los pueblos originarios
Las lenguas indígenas son importantes por varias razones,
como que: Aportan conocimientos únicos y formas de comprender el mundo de
manera diferente, potencian la protección de los derechos humanos y las
libertades de los pueblos indígenas y ayudan a fomentar la paz y el desarrollo
sostenible.
Toponimia
La toponimia (también llamada onomástica geográfica) es una
diciplina de la onomástica que consiste en el registro, catalogación y estudio
etimológico de los nombres propios de algún lugar.
Existen distintos tipos de toponimia, esto dependiendo del
origen de las palabras del lugar originados por diversos motivos tales como la
forma del terreno, la piedra, las plantas, los animales, los cultivos, la vida
social, los dioses y diosas, los colores, los hombres, etc. Estos derivan
usualmente de términos que tienen que ver con el aparente físico del paisaje
donde se sitúa el referente de los topónimos.
La oronimia se refiere a los orónimos, nombre de las
montañas y otros accidentes de relieve.
La hidronimia a los hidrónimos, nombre asignado a las
masas de agua, usualmente a ríos.
La limnonimia a los limnónimos. Nombre de lagos u
masas de agua estancada.
La litonimia a los litónimos, nombre de las
formaciones rocosas.
La talasonimia a los talosónimos, nombres de mares u
océanos.
La antroponimia, que bien, se considera aparte de la
toponimia, fuente de topónimos, entre los antropónimos que dan lugar a
topónimos se diferencian:
Los epónimos o términos de objetos o lugares
procedentes de un antropónimo.
Los hagiónimos, en relación con el nombre de los
santos, es fuente de algunos topónimos modernos.
Los teónimos, referido a los nombres de los dioses en
otras culturas.
Los etnónimos, referido al estudio de los nombres que
se aplican a grupos étnicos.
Los exónimos, referido a los nombres dados a ciertos
grupos humanos por otro grupo.
Los fito topónimos, referido a los nombres que se les
dan a las plantas.
El origen de la toponnmia en México procede de
México-Tenochtitlan, nombre náhuatl con el que los mexicas designaban a su
capital, situada en lo que actualmente es la Ciudad de México.
Su etimología, en cambio, es incierta. Antes de su
independencia el país era llamado América Mexicana, y si bien se discutió la
posibilidad de denominar Anáhuac al nuevo país, finalmente prevaleció la forma
actual.
Los mexicas, según los relatos de los historiadores, fueron
un pueblo con creencias religiosas, tradiciones y una gran cultura avanzada
para la época, con un sistema político de tributos para someter a sus
habitantes y un dominio que ocupó la mayor parte del centro y sur de la actual
República Mexicana.
Aztecas se les denominó a los habitantes de Aztlán, lugar
del que emigraron en peregrinación para fundar en 1325 la capital de su futuro
imperio México-Tenochtitlan, y se cambiaron el nombre a mexicas al ser
“protegidos del dios Mexi (Huitzilopochtli)” para distinguirse de sus antiguos
opresores, los señores de Aztlán, y denominaban a su lengua
"mexicacopa", que significa literalmente “a la manera mexica”. Los
hablantes nativos de la lengua, se refieren a ella como
"macehuallatolli" que significa “lengua de la gente del campo”,
mientras que se refieren al español como mexicano.
La toponimia mexicana se remonta en el siglo XVI, cuando los
españoles consideraban al habitante y la lengua de México-Tenochtitlan como
mexicano, de igual manera los españoles peninsulares que habitaban la Nueva
España usaron el gentilicio “mexicano” para denominarse a sí mismos.
Los topónimos más antiguos son; Fuente Aparicio (el nombre
de este lugar no entraña ninguna duda respecto a su origen), Fuente Milla (es
quizá de origen anterior, por lo tanto, más antiguo) y Cerro de los Clementes.
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